- Violencia física (acción que voluntariamente se realiza para causar daño físico).
- Violencia psicológica (acción sobre todo verbal destinada a causar daño psicológico).
- Violencia sexual (contacto sexual no deseado: acoso, abuso, violación).
Patrones de abuso en las relaciones de pareja de adolescentes y jóvenes españoles:
- Abuso emocional: aparecen conjuntamente control abusivo, aislamiento de amistades, hacer sentir miedo y conductas que lesionan la autoestima (insultar, ridiculizar y decirle que no vale nada). Suele aparecer en la primera etapa de la relación de pareja y es el patrón más frecuente.
- Abuso múltiple: difusión por Internet o móvil de insultos o imágenes de la víctima sin permiso, trasmisión de mensajes amenazantes por Internet o móvil, amenazas de agresión para obligar a hacer cosas que la pareja no quiere hacer, presiones para conductas sexuales no deseadas, agresiones físicas, intimidación con frases, insultos o conductas de tipo sexual, y culpar a la víctima de provocar la violencia. Suele presentarse cuando la relación se ha consolidado y es menos frecuente.
La violencia de género sigue siempre un ciclo:
- Fase de calma. No se detectan desacuerdos y todo se vive de manera idílica. Pero, cuando el ciclo se ha repetido varias veces, la víctima puede empezar a tener la sensación que la calma se mantiene porque todo está correcto según el punto de vista del agresor que es, en última instancia, el motor del ciclo.
- Fase de acumulación de tensión. Comienzan los pequeños desacuerdos, pues el agresor se siente cuestionado por su víctima de manera creciente. Puede ser que la víctima, en su intento por mantener las cosas como el agresor quiere, cometa algún error pues el aumento de la tensión afecta su capacidad para concentrarse. En esta fase, se comienza a ejercer un maltrato psicológico basado en la idea de control y que es una señal de alarma de lo que está por venir.
- Fase de explosión. El agresor pasa a la acción. Se caracteriza por una fuerte descarga de las tensiones provocadas en la anterior fase por el agresor. Se producen las agresiones físicas, psicológicas y/o sexuales más importantes.
- Fase de luna de miel. Esta fase se caracteriza por una extrema amabilidad y conductas “cariñosas” por parte del agresor (atenciones, regalos, promesas…). El agresor trata de influir sobre familiares y amistades para que convenzan a la víctima de que le perdone. Suele ser frecuente tratar de hacer ver a la víctima que el agresor necesita ayuda profesional y el apoyo de ella, y que no puede abandonarlo en dicha situación; motivo por el que algunas víctimas vuelven con el agresor (en caso de que éstas hubieran cesado la convivencia con él) y/o retiran la denuncia que habían presentado anteriormente.
La fase de luna de miel se va acortando cada vez más, así que las agresiones van siendo cada vez más fuertes y frecuentes, lo que disminuye los recursos psicológicos de las mujeres para salir de la espiral de la violencia. Al final, esta cuarta etapa desaparece completamente, dejando sólo las otras tres.
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